viernes, 4 de enero de 2013

5 pasos para un mejor cuerpo

Dieta natural para adelgazar
¿Sabes tú cuáles son los principios básicos de una buena alimentación? Desde el principio de los tiempos, el comer es uno de los mayores placeres del hombre. Una dieta saludable y sana es una dieta equilibrada en donde no tiene porque suprimirse el placer.

La alimentación debe basarse en un conjunto racional de los alimentos, es decir, el comer de todo equilibradamente, ya que todos los alimentos son necesarios para conseguir el nivel suficiente de nutrientes.

Tener una dieta saludable y sana  es una de las cosas primordiales para tener una buena salud en general. La dieta junto con la actividad física son los factores que primordialmente afectan tu peso.

Es importante que su peso sea saludable en comparación con su altura.

¿Sabías que por el exceso de peso o por la obesidad es muy posible que puedas llegar a tener problemas cardiacos, diabetes tipo II, hipertensión arterial, derrame cerebral, articulaciones alteradas, osteoporosis, roncar por las noches, osteoartritis y algunos tipos de cáncer?


Los nutriólogos te recomiendan siempre seguir estos 5 pasos:Establece cuánto peso quieres perder, obviamente tiene que ser una meta real en un tiempo determinado y de acuerdo a tu constitución física.Utilizar y aprender los principios básicos de la nutrición.Encuentre la dieta adecuada para sus necesidades físicas y estilo de vida.Aprenda cómo integrar la actividad física y su rutina diaria.Escoger las actividades de autocontrol que vas a utilizar. Ejemplo, romper los viejos hábitos, cumplir con su dieta y hacer el ejercicio que necesita.


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errores durante dietas

Errores en la dieta
Siempre que llega una nueva temporada, a la gente le da por comenzar cosas absurdas que termina abandonando entre ellos dos; coleccionables inútiles y… ponerse a dieta. Cada vez que llegan estas fechas, mucha gente me realiza consultas de estrategias que han elegido iniciar para comenzar a perder peso, lo cierto es que la mayoría de ellas con buena intención pero tan inútiles como las colecciones que se acumulan en las estanterías y terminan en el trastero.

He recopilado las 4 más habituales porque además son las que se les viene a la mayoría de la gente nada mas pensar que tienen que bajar de peso. Estoy seguro que alguna de ellas ya la tienes en la cabeza, solo espero que después de leer este artículo ninguna de estas esté ya en tu mente.


Nunca he entendido esta estrategia, es como si el pan fuera el causante de la obesidad. Bueno, quizás en esos casos que se comen cuatro barras de pan al día, si que el pan tiene algo de culpa. El caso es que el pan no es el máximo responsable, pienso que comer sin pan debe ser de los peores castigos, ya lo decía mi madre con ese dicho pupilar “es mas largo que un día sin pan” y que razón llevaba, una alimentación sin pan, te puede poner de los nervios. Seguro que esta bien que dejes de comer a base de bocadillos, que no te lleves la bolsa del pan de molde y comas una rebanada tras otra, que no termines la cena pellizcando la barra de pan hasta terminarla… todo eso está muy bien, pero puedes y debes comer pan, una o dos rebanadas en cada comida es acertado, al final es un hidrato de carbono con aporte de fibra, así que no es el malo ni el causante de tu sobrepeso. Justo todo lo contrario. Para perder peso (de grasa, claro) es imprescindible aumentar el número de comidas y reducir la cantidad de cada una de ellas. Todo lo que sea pasar mas de 2 ó 3 horas sin comer nada, será “educar” a tu organismo a tener un metabolismo ahorrador. Lo que necesitas es todo lo contrario, elevar tu gasto metabólico, aumentado la frecuencia de alimentos, evitarás episodios de hipoglucemia, en el momento en que baje la glucosa en sangre, se enciende el mecanismo de defensa y el organismo se adapta bajando el gasto metabólico y una de las consecuencias es que acumula grasa con mayor eficiencia y además no te permite quemar la de reserva. Así que cuando oigo a algunas personas decir eso de “mientras menos como, mas engordo” yo les respondo “enhorabuena, estas haciendo todo lo posible para acumular grasa” Cuidado con las dietas “milagrosas”. Desconfía de la dieta disociada, la de la piña, la de los colores, ser vegetariano… todas son dietas desequilibradas y bastante alejadas de ser saludables como hábito de vida. Cenar solo una ensalada la mayoría de los días puede ser un acierto, comer siempre solo ensaladas es un grave error. Cada vez que oigo a alguien decir esa frase de “me he puesto a plan”, lo único que veo es un fracaso a medio plazo. Nuestro organismo, metabolismo y ciclo vital, no aceptan muy bien los grandes cambios, es mejor cambiar poco a poco modificando pequeños hábitos que ponerse a dieta estricta de un día para otro. Así que sustituye la idea de a partir de enero me pongo a plan, por la de a partir de enero comenzaré a modificar mis hábitos incorrecto, te dará mucho mejor resultado. 4. Tomar alimentos “quemagrasas”Pensar que la solución a tus kilos de mas lo van a solucionar infusiones, frutas exóticas, pastillas de L-carnitina o sopas depurativas, es perder el tiempo y en algunos casos, tu salud. No te engañes pensando que estos alimentos tienen propiedades lipotrópicas y que por alguna reacción química desconocida la grasa se licuará y será expulsada de tu cuerpo, hay que se ingenuo, claro que siempre está el grado superior de ignorancia del que piensa que se puede eliminar de una zona corporal en concreto y además en un mes. Desde luego, la ignorancia nos hace felices, eso si a corto plazo y personas frustradas a medio y largo plazo. Solo hay una situación en la que la piña adelgaza, el zumo de pomelo quema la grasa, el té verde adelgaza y la L-carnitina funciona y asombrosamente es cuando la gente que lo toma además… hace ejercicio, se mueve un poco. Con esto ya deberías sacar tus propias conclusiones.
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optimista

ser optimista adelgaza
Un estudio demuestra la relación entre los estados de ánimo positivos y la alimentación saludable. Las personas optimistas llevan una alimentación más equilibrada y saludable que las personas pesimistas, así se desprende de un estudio elaborado por la empresa de alimentación Cárnicas Serrano. Este estudio demuestra la relación directa entre los estados de ánimo y el tipo de alimentación. Así, el 76% de los encuestados considera que el ánimo influye en el cuidado de la alimentación, además siete de cada diez personas considera que tener un buen estado de ánimo es positivo para la salud.

En líneas generales existe una gran preocupación entre la población por llevar una alimentación saludable, un 34% afirma llevar una alimentación equilibrada y saludable, sin embargo un 57% reconoce su importancia aunque afirman que no siempre logran mantenerla.

Como otro dato a destacar del estudio, señalar que un 37% de los encuestados se definen como personas “optimistas”, mientras que un 53%, poco más de la mitad, se consideran personas “medianamente optimistas”. Curiosamente, el mayor porcentual de optimismo corresponde a las personas de más de cincuenta años.

Está demostrado que los pensamientos negativos favorecen la depresión, la ansiedad y las fobias. En cambio el optimismo puede ayudar incluso a nuestro sistema inmune. La serotonina, sustancia química que se encuentra en el cerebro y cuyo nivel está relacionado con aspectos del carácter de cada persona está íntimamente relacionada con la emoción y el estado de ánimo. Tiene una estrecha relación con los estados de felicidad. La alimentación y el bienestar general, influyen en su segregación en mayor o menor cantidad.


El triptófano: un aminoácido que nos hace más felices
El triptófano: es un aminoácido precursor de la serotonina. Transforma la serotonina mediante una enzima llamada triptófano hidroxilasa. A su vez, es precursor de la tirosina que es también precursora de las catecolaminas (dopamina, adrenalina, noradrenalina). A través de complejos ciclos metabólicos se transforma en serotonina; y en esta conversión participa también la vitamina B6.

Por ello es fundamental en la dieta el consumo de alimentos que lo producen como por ejemplo: huevos, lácteos, pescados, carnes, legumbres (soja), frutos secos y frutas (plátano, piña, aguacate).

Sin duda, uno de los resultados más consistentes en la literatura científica es que aquellas personas que poseen altos límites de optimismo tienden a salir fortalecidos y a encontrar beneficio en situaciones traumáticas y estresantes. En general, parece que las personas más optimistas tienden a tener mejor humor, a ser más perseverantes y exitosos e, incluso, a tener mejor estado de salud física, a cuidarse y valorar más la importancia de una adecuada dieta. Por el contrario una de cada diez personas que evalúan su rutina laboral o quehacer diario como estresante se definen como pesimistas.

Con todo, no cabe duda que ser optimista es un excelente “alimento” y se sabe con certeza que no genera riesgos para la salud de las personas, más bien al contrario. La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y su contraparte -el pesimismo- radica en el enfoque con que se aprecian las cosas.

Para Mar Sánchez Marchori, psicóloga y directora del Instituto Valenciano de Pedagogía Creativa y colaboradora en el estudio “cuando la relación entre la comida y las emociones es armónica, se crea un estilo de vida nuevo. Consideramos el estilo de vida, como la forma de pensar, sentir y actuar, que nos permite ser felices”.

En conclusión, lo que comemos afecta a la persona en varios niveles: físico o biológico, conductual y emocional.



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