El ayuno, lejos de ser una práctica depurativa, pone al organismo en situación de estrés metabólico
Luego de los excesos de estas fiestas, algunas personas dicen que la mejor terapia es hacer lo opuesto: ayunar o semiayunar. Ingerir sólo fruta, verdura o infusiones es perjudicial para la salud, ya que, si bien es bueno disminuir las calorías, hay que hacerlo de manera equilibrada.
Para desechar esos kilos de más que se ganan en estas fechas, es preciso perder un kilo por semana, ya que cuando pierde más de un kilo a la semana, lo que pierde es agua y no grasa.
Irene Bretón, miembro del área de nutrición y obesidad de la Sociedad Española de Edocrinología y Nutrición explicó que el ayuno, alejado de ser una práctica depurativa, pone al organismo en situación de estrés metabólico.
Aunque el cuerpo humano está preparado para salvarse del hambre, cuando se hace ayuno, como protección baja el gasto metabólico basal, aquel que tenemos sólo por vivir, estando en reposo, a temperatura normal y sin movimientos.
Lo ideal es mantener una actividad física cotidiana y hacer una dieta con más frutas y verduras, alimentos con menos grasas y más proteínas, agua y mínimo de alcohol.
Betrón recomendó restringir las grasas de origen animal para cocinar y optar por el aceite oliva, porque las grasas son las que más calorías aportan.
Hacer tres o cinco comidas al día, depende del estilo de vida. Se puede hacer un aperitivo a media mañana o a media tarde si el intermedio entre las comidas principales se prolonga más de seis horas.
El desayuno es de vital importancia, ya que pone en marcha el cuerpo tras varias horas de ayuno mientras descansamos y disminuye el riesgo de desarrollar síndrome metabólico (obesidad abdominal, altos niveles de triglicéridos, niveles bajos de colesterol bueno, hipertensión y altos niveles de glucosa en sangre).
Para bajar de peso se aconseja pensar primero en qué estrategia se aplicará para alcanzar el objetivo, analizando fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas