martes, 9 de junio de 2015

Hormona Para Bajar de Peso.

Con el fin de ayudar a combatir el sobrepeso y la obesidad que afectan a más de mil 900 millones de individuos en todo el planeta, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tania Paloma Quesada López, estudiante de doctorado en biomedicina orientada al estudio de patologías metabólicas en la Universidad de Barcelona, analiza la hormona FGF21, la cual estimula la pérdida de peso y mejora el metabolismo de la glucosa.

FGF21: hormona quema grasa

Desde hace un par de años, con una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Tania Quesada López Desarrollar su doctorado en biomedicina orientada al estudio del metabolismo, señalización metabólica y patologías asociadas en uno de los laboratorios más prestigiados a nivel mundial.





Se trata del grupo de investigación de genética y biología molecular de proteínas mitocondriales y patologías asociadas en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Barcelona, que pertenece al establecimiento de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (Ciberobn), a cargo del doctor Francesc Villarroya.

En este laboratorio se estudia el elemento de crecimiento de fibroblastos 21 (FGF21), una hormona que favorece a activar los tejidos que almacenan grasa –tanto blancos como marrones–, indicó la estudiante mexicana.

Explicó que “el tejido adiposo blanco es el que almacena grasa y la conserva para que en periodos de escasez se pueda utilizar; Sin embargo, el marrón tiene la capacidad de ir consumiendo la energía conforme la va recibiendo para preservar la temperatura corporal”.

No obstante, señaló que conforme la gente aumentan de peso hasta alcanzar a la obesidad van perdiendo la cantidad del tejido marrón y su capacidad para procesar la energía acumulada.


“(Sin embargo), cuando la hormona FGF21 llega a una célula de grasa, ya sea marrón o blanca, manda una señal al núcleo de la célula que produce que se activen aquellos genes que promueven la traducción de proteínas, que inducen a una activación del metabolismo; esto se puede ver reflejado en un aumento en la temperatura corporal o sólo en el incremento de la capacidad de usar la glucosa”.
Pero, ¿cuáles son esas señales que manda la hormona FGF21 a las células grasas que las activan? Esto es justamente lo que estudia Tania Quesada:

“Mi proyecto consiste en identificar las señales que es posible enviar a la célula para producir FGF21 o para responder a la hormona, como fármacos o nutrimentos en ambos tejidos adiposos, blanco y marrón. Para ello, busco bloquear cada uno de los pasos antes de su activación e identificar aquellos puntos clave para enviar la señal al núcleo y entonces activar la célula. Una vez identificadas, podría desafiar a la célula con otras moléculas y probar si activan o no a otras por medio de FGF21”.
Tejidos blanco y marrón
Para ver cómo se activan los tejidos adiposos luego de estar en contacto con la hormona, Quesada López elaborar varios estudios bioquímicos con ratones.
“Hacemos fotografías termográficas en el laboratorio; para ello se hace una pequeña depilación de la zona interescapular (espalda) del animal, se toma la foto y se ve la capacidad de los animales para conservar la temperatura. Asimismo, se toman muestras de sangre para calcular la glucosa, triglicéridos, insulina, resistina, entre otras”.

Agregó que después se hace una disección de los tejidos para ser analizados. Otros miembros del laboratorio analizan el corazón y el tejido muscular, y la becaria del Conacyt estudia el tejido adiposo, tanto el blanco como el marrón.

“Los tejidos se extraen con bastante cuidado porque son muy pequeños y a veces es demasiado difícil manejarlos. Es muy importante que en cuanto se obtengan se congelen, porque al momento de que el animal muere todo se empieza a degradar; por lo tanto, mientras más tiempo pase, se pierde información”.


Una vez que se tienen los tejidos, estos se homogenizan con diversos cocteles químicos (tampones y enzimas) para conseguir los mensajeros (ácido ribonucleico o ARN) que se están generando.
Despues, a través de la técnica reacción en cadena de la polimerasa es posible conocer la cantidad de cierto mensajero que posee ese tejido comparado con otros, o Luego de un tratamiento.
Conocer el ARN de esos tejidos es importante porque revela los mensajes que manda el núcleo a la célula para activarla, desactivarla o crear respuestas, como por ejemplo al estrés.

Añadió que la idea es realizar estas pruebas con ratones corrientes y con ratones a los que se les ha eliminado el gen de FGF21, para así determinar si las señales de activación que reciben las células grasas de esta hormona se pierden en aquellos animales que no tienen la capacidad de formar esta hormona.



“Esto nos ayudará para ver si los efectos que los fármacos o nutrimentos que elijamos para investigar los efectos de la hormona se mantienen en cualquier tipo de caso”, manifestó la estudiante mexicana.

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