Yeso, calor, microcorrientes y ultrasonido, viejas herramientas que el hombre ha usado para el tratamiento del dolor en caso de fracturas y golpes en los músculos, fueron la inspiración de lo que la electromedicina está diseñando para la estética femenina.
La yesoterapia, la electroestimulación con microcorrientes y los velos de colágeno para la piel se pusieron de moda porque son técnicas flash que reducen medidas o emparejan la piel en cuestión de horas.
Pero si la emergencia es en el rostro, la medicina estética tiene el velo de colágeno, una película que devuelve diez años de juventud por una sola noche. "La piel queda con brillo, pareja y con una apariencia joven y saludable". Al día siguiente, el efecto de piel de porcelana desaparece, pero el colágeno pone su granito de arena para nutrir y regenerar la piel.
De emergencia también son los bioimplantes, a través de los cuales se aplica una inyección con sustancias como el procolágeno con triglicéridos, de manera tal que la parte tratada (labios, líneas de expresión en la frente o alrededor de la boca) queda rejuvenecida. Con los bioimplantes, a diferencia de otros tratamientos de efecto rápido, el resultado es más duradero. Puede inclusive permanecer por cinco años.
También al rostro es posible ocultarle las manchas, los poros abiertos y las cicatrices como por arte de magia, con un tratamiento flash denominado microdermoabrasión, que consiste en realizar a la piel un peeling mecánico con cristales de cuarzo.
Las microcorrientes son otro de los instrumentos aportados por la electromedicina para obtener cambios estéticos inmediatos. Junto al ultrasonido, son una suerte de cirugía sin bisturí. En medicina, el ultrasonido es una técnica terapéutica para la reducción del espasmo muscular y del tendón. En estética se utiliza para tonificar el rostro, el cuello, el abdomen, los glúteos, los brazos y las piernas.